Me interesa pensar en mi trabajo como un dispositivo de referencias. Construyo un proceso a partir de la resignificación de imágenes, utilizando la cita como un modo de operación arqueológica y ejercicio de resistencia de la memoria. En este sentido, opero mixeando diversos elementos como obras artísticas, situaciones de la vida diaria y contenido de internet; rescatando referencias visuales como objetos para reconfigurarlos y abordarlos desde una nueva semántica. Concluyo entonces, que mi proceso de trabajo se plantea como un movimiento inverso, donde trabajo en una excavación construida. Es entonces que pasado y presente se imponen indiferenciadamente. En ese recorrido confluyen tecnologías ancestrales, agentes espaciales y coordenadas de un lenguaje mixto.
En mi práctica artística encuentro la posibilidad de jugar con el lenguaje, haciendo uso de diversas materialidades, físicas, virtuales, mixtas. Deposito parte de mis procesos en mi cuenta @usuaria_____, una exposición permanente de aquello que deviene en imágenes, textos, preguntas que surgen de lo que observo y absorbo en lo cotidiano.
Visito los lugares de mi cotidianidad, encuentro elementos que inundan los espacios, pero al mismo tiempo están al borde de la extinción. Lo pienso como un paisaje efímero, seleccionando cada objeto o escena a partir de un gusto morfológico individual. No solamente presto atención a lo tangible sino también a lo sonoro y al gesto. Pienso en los cuerpos que hay detrás de las cosas, como se vinculan con estas y el espacio. Evidencio la inestabilidad, aunque no quiera que ella exista, intentando retener el tiempo inútilmente. Investigo lo que habito, lo que me parece hermoso y frágil al mismo tiempo. En cuanto a la práctica, actualmente realizo traducciones en cerámica, arcilla y dibujos en grafito/pastel. Estoy investigando junto con mi profesora Soledad Peña Muñoz, arcillas de Tucumán, yendo a recolectar de lugares como: Cadillal, San Pedro, Horco Molle, Tafí Viejo entre otros, y realizando réplicas de cerámica del NOA para comprender las construcciones del pasado.
Pienso en mi cuerpo, como el primer territorio que habito, como herramienta política y como lugar de la memoria. Utilizo textiles de mi universo cotidiano, al igual que los regalados por familiares y amigas que son señalados y puesto en valor estético, político y poético. Cargados de memorias de diferentes cuerpos, afectos, relatos, sueños, reclamos e identidades. El bordado aparece como una afirmación de resistencia, una tecnología del cuidado. El bordado es encontrar aperturas para una ecología de intimidades, testigo de esos momentos en los que la creatividad y la protesta anudan sus formas, generando con esta práctica nuevos tejidos relacionales. Proyectando un espacio para poder ser con otrxs. Cultivo mi puntada, como cultivo la tierra. Hilvanando nuevas costuras como pensamientos, palabras y sentidos para refundar territorios de resistencia, lucha y continuidad de la vida.
Diferentes etapas creativas y lingüísticas han ido atravesando el devenir de mis obras. Comencé a crear abstracciones a partir de plantas arquitectónicas, fachadas y volúmenes inmersos en el paisaje. Luego di comienzo a la fragmentación de esa arquitectura en geometrías de colores brillantes que, mientras dialogaban entre sí, también se fueron desintegrando, dando lugar al surgimiento de formas más orgánicas. En la actualidad, ese trazo realizado da inicio a un nuevo ciclo dual de, por un lado, el asentamiento de lo recorrido y, por el otro, una nueva y constante experimentación. Existen ecos de cierta rigurosidad geométrica pero busco plasmar un territorio de gestos casi imperceptibles que se funden entre el pigmento, el agua y la herramienta; algo así como huellas bajo una presión del material que me permite ver luces, sombras y vibraciones de un mismo color monocromático. El resultado es un ritmo sutil. Un ritmo de huellas con silencios, pausas, y espacios. Con el textil, esos espacios encuentran su conexión y se suturan con otra herramienta: mi aguja. Una aguja que vino a reparar, y vuelve a unificar, para darle lugar a un nuevo código, que pretende ser universal; algo así como un misterioso códice de lectura que, aunque indescifrable, permite reconocernos como parte de algo aún mayor.
No busco ser amable en mis obras. Trabajo con la pintura por su historia como medio tradicional de representación, asociada a una estrato social alto y culturalmente dominante. Los soportes utilizados y el modo en que se presentan, aportan a la significación de mi producción. Desde la figuración, deseo correrme de la cultura visual hegemónica para mostrar escenas que enseñen el relato de los marginalizados. Siempre pensando mi labor desde mi contexto urbano, tomando mi territorialidad como punto de partida de diferentes reflexiones. Con mi obra, deseo exponer la invisibilidad de los invisibles, para finalmente lograr su reivindicación.